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Foto: Santiago Márquez

Medellín ha sido una ciudad tradicional por excelencia, donde su historia cuenta con numerosos personajes que de una u otra forma hicieron parte de esa construcción social de la bella Villa.
Nombrar a un José María (Pepe) Sierra, o quizá a una Alejandro Echavarría, y por qué no, a un Manuel Uribe Ángenos traslada inmediatamente a una alta sociedad de la vieja Medellín, donde por una u otra razón estos personajes dejaron una huella o legado cultural en la historia.

Sin embargo, a parte de los Echavarría, Uribe Ángel, Sierra, Tobón, De Bedout, y otros más apellidos que han engalanado la ciudad, se encontraban los Barrientos.

No existe gran cantidad de historia documentada sobre ellos, pues a pesar de ser una de las familias más adineradas de aquel entonces, eran de poca socialización pasando desapercibidos en la historia.

Foto: Santiago Márquez 

A pesar de no figurar entre los grandes personajes históricos de la ciudad, los hermanos Barrientos (Miguel, Federico, Juan, Emilia e Isabel) hijos de Alejandro Barrientos Fonnegra y María Josefa Uribe, pasaron a la historia por su intrépida forma de ahorro de su inmensa fortuna.
Muchas historias se tejen a través de su vida, que eran tacaños, que no les gustaba la vida social e incluso que hicieron un pacto para no casarse para que su fortuna quedara a manos de otros.
Cuentos que fueron creciendo logrando  convertirse en una leyenda urbana, la misma que ayudó a que después de la muerte de Federico, el último de los hermanos en el año 1983, saquearan la casa buscando tesoros, guacas y entierros que nunca hallaron.

Foto: Santiago Márquez/Revista Medellín, la Eterna Primavera

Una casa con estilo republicano

Después de largos años de saqueo, robo y desalojo de todos los muebles pertenecientes a la casa Barrientos, la Fundación Ferrocarril de Antioquia tuvo la gran labor de restaurar la casa, haciendo un exhausto estudio con antropólogos, sociólogos, historiadores, arquitectos y demás profesionales, que dieron como resultado una gran obra de arte arquitectónica con estilo republicano de hace 157 años.

Aunque en aquella época no era la casa más lujosa ni llamativa entre las que existían en el sector, hoy sobresale por su hermoso diseño republicano. Posee en su fachada en estilo francés con hermosas columnas; en su interior se encuentran tres patios, el último de ellos con un baño de inmersión; sus paredes están adornadas con papel de colgadura traídas del extranjero, las cuales guardan gran similitud con el tapiz original que usaron los Barrientos.

En el  exterior, la casa cuenta con un amplio jardín y unas grandes escalas que separan el portón de entrada con el corredor central. En uno de sus costados, una hermosa puerta de madera que conlleva a unas escalinatas en forma de caracol que se dirigen al desván, aquel mismo que según las leyendas urbanas servía de recinto para las lujosas fiestas de los Barrientos, pero que fue negado por Abraham García, quien sirvió de enfermero a la familia durante varios años.

Foto: Revista Medellín, la Eterna Primavera

De historia a cultura

Después de largos años de espera para que apareciera algún heredero de los Barrientos, y luego de sufrir grandes daños materiales, la hermosa edificación por fin tuvo un doliente que vio en ella la oportunidad de rescatarla y convertirla en un recinto lleno de valor cultural para la ciudad.

Con más de 3.500 millones de pesos que costó su restauración, la casa volvió a cobrar vida, lo cual se observa no solo en su nueva estructura donde se conservó todo el estilo antiguo, sino en sus nuevos moradores, la gran mayoría pequeños infantes que van diariamente para descubrir los distintos programas culturales que ofrece la Casa de Lectura Infantil, de Comfenalco, la primera dedicada a los niños en la ciudad de Medellín.

Foto: Santiago Márquez /Revista Medellín, la Eterna Primavera

Más de 11 mil ejemplares entre libros y revistas, grandes salones de lectura e investigación, un auditorio, hermosos espacios, un cafetín e infinidad de programación cultural mes a mes, es lo que se puede encontrar ahora en uno de los lugares más hermosos de la ciudad; la cual en este 2022 cumple ya 15 años de inauguración. Logra rescatar quizá una de las últimas casas que engalanaban la tradicional avenida de la playa.

La Casa de lectura infantil, espera para este mes de abril importantes celebraciones como el día del libro infantil e ilustrado (el 2 de abril), la semana del niño y la recreación (del 26 al 30), y claro está que no podía faltar la semana del libro (del 23 al 26), todo esto enmarcado en el mes del niño y del libro.

Para conocer su programación mensual de manera más amplia pueden entrar a las redes sociales de la Casa de lectura infantil, en el Facebook del sistema de bibliotecas públicas de Medellín y claro está en la página de Comfenalco.
Un gran espacio en el centro de Medellín, para conocer, disfrutar y promulgar la cultura de una ciudad.

Luis Acevedo

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