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Halloween es una festividad pagana conocida también como Víspera de Todos los Santos, Noche de los Muertos, Noche de Brujas o Allhalloween. Es una celebración internacional que se da el 31 de octubre, víspera de la fiesta cristiana occidental del Día de todos los Santos.
Culturalmente en Colombia se ha concebido como un día en el que los niños se disfrazan para pedir dulces y divertirse. Se hacen concursos del mejor disfraz, el que más dulces recoja, y se canta “triki, triki, Halloween, quiero dulces para mí, y si no me das… te rompo la nariz”, u otras variaciones. Sin embargo, en los últimos años se ha evidenciado un cambio en la forma en la que se lleva a cabo dicha festividad, puesto que los jóvenes y adultos se ven involucrados cada vez más a través del comercio y las tendencias sociales y culturales.
En 2021, en diversas discotecas de Medellín, ofrecían una fiesta de Halloween “monstruosa” en la que invitaban a jóvenes y adultos a disfrazarse según la temática. Los centros comerciales también estuvieron con capacidad máxima en dicha fecha, lo cual cuestiona las costumbres que estuvieron arraigadas durante décadas en la ciudad. ¿Acaso aún los niños salen a pedir dulces tocando cada timbre y cantando el jingle? Si bien los niños aún hacen parte del 31 de octubre, el comercio ahora le apunta a jóvenes y adultos.
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Karl Marx afirma que “el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual”, esto quiere decir que cuando se modifica una forma de producción, como vender más disfraces sensuales para adultos que disfraces de películas de Disney para niños, se cambian las relaciones de la vida social. Se modifican las tradiciones. Los minoristas aprovecharon la demanda que exigía su nuevo público y la convirtieron en una oportunidad de negocio para vender disfraces como enfermera sexy, conejita play boy, etc.
“Gran parte del crecimiento proviene directamente de los adultos que empiezan a celebrar la noche de Halloween desde un mes antes”, afirma la vocera de la Federación Nacional de Minoristas en Estados Unidos (NRF), Kathy Grannis.
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Por otra parte, quienes defienden el folclor dicen que Halloween empezó como una festividad pagana para celebrar el Año Nuevo celta, y evolucionó hasta convertirse una oportunidad comercial multimillonaria. Y en esa misma línea, de acuerdo con Lisa Morton, autora de Dulce o truco: la historia de Halloween, esta festividad “tiene ciclos y cambia su identidad cada 40 años, más o menos”. En suma, los cambios en la tradición de Halloween en la ciudad no son más que la reestructuración de las costumbres y cultura que se modifican dependiendo de los modos de producción. Al fin y al cabo, Halloween es una fiesta que se occidentalizó para ajustarla al capitalismo, para así poder vender la festividad, en vez de festejarla.
Por: Mariana Arango Trujillo