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Foto: Pixabay

¿A quién se le ocurrió la idea que el color rosa es femenino y el uso de corbata es exclusivo para hombres?
Durante mucho tiempo los estereotipos sociales han marcado la vida de los seres humanos; marcación que ha conllevado a una categorización entre hombres y mujeres, encasillándolos con gustos, colores, labores y acciones determinados para cada sexo.
Sin embargo, la peor parte de esa clasificación se la ha llevado la mujer el “sexo débil” dentro del contorno social que ha regido nuestro universo.

Un sexo débil que ha demostrado ser más fuerte ante el dolor, que ha logrado resolver conflictos bélicos, que ha inventado, ha descubierto, ha acompañado y ha sido luz para muchos ojos.

Un ser que a pesar de sufrir las más infames acciones de violencia verbal, física y mental, sigue luchando con gran valentía por los derechos que deshonrosamente le han arrebatado.

Por eso, basta de prejuicios, basta de señalamientos, basta de menospreciar a un ser que indudablemente el mundo necesita.
¡Qué viva la mujer!, que sea ella quien decida qué usar sin el señalamiento y la opresión masculina, que sea ella libre de elegir en qué trabajar, cómo vivir, a quién amar, que sea ella dueña y señora de su vida, sin importar el  qué dirán, que simplemente sea ella “mujer”. 

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