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Foto: Santiago Márquez /Revista Medellín, la Eterna Primavera 

La conexión de los seres humanos con el agua ha sido indispensable para su desarrollo. A pesar de ser seres terrestres, antes de nacer el hombre se encuentra en un entorno completamente líquido, sumergido en el vientre materno. Una relación tan estrecha que a lo largo de su evolución lo ha llevado a realizar diferentes actividades en el agua, siendo esta última un componente esencial para la vida de los humanos.

Dicha conexión dio origen a una actividad que ha acompañado a los seres humanos desde la edad de piedra y que ha servido como herramienta de supervivencia, salud y ocio: la natación.
Existen evidencias de esta práctica en pinturas rupestres que datan de hace aproximadamente 7.000 años. Asimismo, se encuentran referencias de la natación en relatos antiguos como la Ilíada, La Odisea y La Biblia.

En 1953, el alemán Nikolaus Wynmann escribió el primer libro sobre la natación, llamado El nadador o un diálogo en el arte de nadar.

Foto: Ricardo Velásquez 

En sus inicios, la natación era una acción de supervivencia, indispensable para la guerra; sin embargo, a lo largo del tiempo se convirtió en una actividad recreativa y deportiva.

A mediados del siglo XIX surgieron las primeras competencias nacionales y a partir de la edición inaugural de los Juegos Olímpicos modernos en Atenas en 1896, esta disciplina hace parte de dicha competición.  

La natación es mucho más que una práctica deportiva, ya que es también una destreza y casi una necesidad para el desarrollo del ser humano. Es por esto por lo que incluso bebés desde los primeros meses de vida incursionan en esta práctica. De acuerdo con Olga Lucía Ramírez, instructora de natación y líder de formación de la Liga de Natación de Antioquia, “el principal objetivo de la natación para bebés es la estimulación y su relación con el agua. Además, como están acompañados por sus padres, fortalecen el vínculo afectivo, gracias a la socialización que vivencian los bebés con los padres durante ese proceso formativo”.

Foto: Santiago Márquez /Revista Medellín, la Eterna Primavera 

La natación como actividad deportiva es una de las más practicadas a nivel mundial. Consiste en el movimiento y desplazamiento en el agua, empleando los brazos y las piernas. La líder de formación comenta que “la natación fortalece los diferentes grupos musculares, mejora la circulación, el sistema cardiovascular, respiratorio y desarrolla las capacidades físicas y coordinativas”. Además, al ser una actividad que se realiza en el agua, es de bajo impacto para las articulaciones por lo que es poco lesivo.

De igual manera, es una práctica que “reduce el estrés y mejora la concentración. Es una disciplina que la puede practicar cualquier tipo de persona, bebés desde los tres meses hasta el adulto mayor, madres gestantes y personas con discapacidades físicas, sensoriales o cognitivas” concluye Olga Lucía Ramírez.

 

Ricardo Velásquez 

Agradecimientos Aeroparque Juan Pablo II https://www.aeroparquejuanpablo.gov.co/

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