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Foto: Angela Roma /Pexels 

Normalmente nuestro cuerpo produce grasa, la cual es necesaria para algunas funciones de la misma piel, entre ellas hidratarla, protegerla del sol, el clima y las bacterias; y la piel del rostro no es la excepción.
Sin embargo, el problema incide cuando la piel se vuelve excesivamente grasa, lo que provoca no solamente afecciones cutáneas sino un malestar consigo mismo que puede provocar incluso una baja autoestima.

Cuando las células sebáceas producen un exceso de sebo pueden traer en consecuencia una piel excesivamente grasa y brillante, en su mayoría de veces ubicada principalmente en la zona T del rostro.

Foto: Pixabay

El exceso de grasa puede darse gracias a varios factores; uno de los principales es la genética, pero también existen otros como:

La deshidratación: la piel es grasa porque tiene un exceso de lípidos y cuando estos se deshidratan son incapaces de retener el agua necesaria, por lo tanto, genera más sebo y está menos protegida contra las afecciones; normalmente puedes darte cuenta si tienes la piel deshidratada porque aparecen pequeñas descamaciones en la parte superior de las cejas y en los surcos de la nariz, además, tu rostro se verá cansado y en algunas veces aparecerá puntos o manchas rojizas.

El estrés: este factor genera que las células trabajen con un ritmo más acelerado, logrando crear ese terrible brillo que no es bueno para nuestra imagen.

Limpieza exagerada: no podemos pretender lavar tu rostro más de dos veces al día y dejar la piel totalmente opaca, pues ella necesita los aceites esenciales para verse saludable, previniendo arrugas, líneas y demás consecuencias que puede traer la resequedad.

Sin embargo, entre más laves tu rostro, más activas estarán las células sebáceas, produciendo más grasa de la que tú quieres disminuir.

Mala alimentación: recordemos que nuestro rostro reflejará todo lo que nosotros comemos, por eso si quieres cuidarte la piel del rostro, no dudes en tener una buena ingesta de alimentos, ricos en fibra, vitaminas, minerales.

Foto: Pixabay

¿Qué hacer para controlar la grasa de tu rostro?

  1. Es importante que, así como visitas tu médico general con constancia, también lo hagas con el que cuida de tu piel, por eso es importante que vayas y consultes con un especialista dermatológico, las posibles afectaciones que tienes y cómo combatirlas según tus propias necesidades.
  1. Toma mucha agua: la hidratación es muy importantes, no solo para tu rostro sino para todo tu cuerpo. Si bebes buena cantidad de agua, comenzarás a notar  que tu piel lucirá más sana y sin exceso de grasa.
  1. Buena alimentación: Evita en lo posible comida procesada y con exceso de grasa. A cambio de esto, consume más frutas y verduras.
  1. Descansa: duerme tus ocho horas.
  1. Usa productos de acuerdo a tu tipo de piel: el exceso de grasa también aparece cuando usas cremas que no van de acuerdo a tu edad. Identifica tu tipo de piel y usa los productos más adecuados.
  1. Limpia tu piel al menos dos veces al día, utiliza agua y productos especializados para tu tipo de piel, haz movimientos suaves de forma circular y ascendentes para no activar demasiado las mismas células sebáceas.
  1. Utiliza un fotoprotector especializado como el Fusion Water de la marca Isdin, que al ser un producto a base de agua y totalmente libre de aceites minerales, no producen un acabado graso, dejando el rostro mitificado.

Con estos consejos podrás liberarte de ese problema que tanto nos agobia en ciertas ocasiones, pero lo más importante es que consultes con un especialista, porque cada rostro es único.

 

Luis Acevedo

Sección patrocinada por ISDIN
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