Las visitas donde los abuelos o las tías era algo común… y en ellas no podía faltar un delicioso algo (comida típica terminando la tarde) con un buen chocolate parviado para atender la visita.
El chocolate ha sido un alimento tradicional en los paisas, un energizante natural que ayudaba a los campesinos ancestros a tener la fuerza necesaria para cumplir a cabalidad sus actividades.
Desde entonces esta bebida a acompañado a las familias tradicionales antioqueñas en sus mesas, especialmente en el desayuno o el algo.
Un buen chocolate debe hacerse en agua de panela y en un recipiente especial llamado chocolatera, el cual al introducir el chocolate debe ser batido constantemente para formar espuma y quedar espesito.
Al hacerse en agua de panela, el chocolate no necesitará más azúcar, puesto que ya tiene suficiente con el de la panela.
Su sabor es la combinación perfecta entre el amargo del cacao y el dulce de la panela; sin embargo, hay quienes también agregan otros ingredientes como clavos de olor, canela o leche de vaca.
Un secreto indispensable es dejarlo hervir bastante a fuego medio, siendo batido constantemente, porque curiosamente si se dejase de batir, el puede subir y derramarse sobre la olleta.
Una vez hierva, se puede servir en una tradicional tasa antioqueña (vasija sin agarradera que servía para coger con las manos y calentarlas del frio) y acompañarlo con cualquier tipo de parva (panadería y pastelería tradicional que toma este nombre) panes, pandequesos, pandeyucas, buñuelos, o galletas; en otros casos con arepas de maíz blanco , amarillo o de mote, acompañadas con quesito y la incantable mantequilla.
Y ahora si, a disfrutar esta deliciosa preparación para compartir con esa visita que ha llegado a casa y a la cual queremos atender con toda nuestra tradición.
Luis Fernando Acevedo Cardona
Periodista